miércoles, 1 de agosto de 2012

AGRITURISMO ITALIANO: Modelo de Hospitalidad.



Por: Sonia López Azueta/FUNDACROVER A.C. ITALIA
Una casa para vacacionar, en medio de la verde campiña, puede encerrar numerosos secretos de la vida campestre y de las costumbres que forman parte del origen de la cultura italiana.
En la Italia de los años sesentas, nacen las primeras manifestaciones del tipo de hospitalidad que ahora se conoce como agriturismo. A los huéspedes viene propuesta la experiencia de una forma de vivir sencilla y al mismo tiempo fascinante. Los “canceles abiertos” a los curiosos de la agricultura fueron ocasión para proponer las “jornadas verdes”, constituyendo al mismo tiempo una oportunidad de desarrollo para la empresa agrícola. En 2001 el número de estos establecimientos superó la meta de diez mil.
El éxito del agriturismo actualmente se encuentra cada vez más relacionado con la calidad y la excelencia selectiva y ha consolidado una clientela fiel y apasionada. Hoy en día las estructuras de campiña se encuentran completamente equipadas y se valen de una amplia variedad de formas para ofrecer confort y relajamiento sin dejar de lado la parte fundamental: un servicio basado en “lo natural” y en la participación activa del visitante.
Entre las paredes de piedra y los techos con traves de madera de los casolares que parecen extensiones de las mismas colinas, como si estuvieran ahí desde siempre, los agriturismos lanzan sus ofertas de alojamiento y restaurantería, bajo la dirección de sus propietarios. Es frecuente ver detrás del mostrador o de las hornillas, al padre de familia, la madre o a la abuela. En esta empresa de conducción familiar, los hijos llevan a pastar a las ovejas y ordeñan las cabras, mientras que las hijas atienden los olivos y los viñedos. Todos participan de la elaboración de los productos llamados DOP e IGP (de Denominación de Orígen Potegida e Indicación Geográfica Protegida, por sus siglas respectivamente), reconocidos por la Unión Europea. Dato interesante es que Italia cuenta con el mayor número de productos DOP e IGPM; entre los mejor reconocidos se encuentran frutos y hortalizas, aceite extravírgen de oliva, quesos, embutidos, carne fresca, varios tipos de pan, pescados, miel y azafrán.
Los conceptos actuales más populares de este tipo de alojamientos comprenden el agriturismo de bienestar, que ofrece tratamientos corporales y baños termales; el agriturismo de deporte, donde puede hacerse uso de gimnasio, piscina y centros de equitación; frecuentar cursos de parapente o yoga y efectuar excursiones en bibicleta de montaña o en globo aerostáico; el agriturismo de cultura, donde se puede aprender a preparar especialidades antiguas, utilizando productos locales o a realizar alguna vieja actividad artesanal típica de interés histórico, reduciendo con ello el riesgo de que ésta caiga para siempre en el olvido.
Las variaciones del agriturismo lo vuelven aun más atractivo. Las “granjas didácticas”, son empresas agrícolas cuyo fin es hacer experimentar a los niños y adolescentes los oficios agrícolas, bajo la guía de expertos agricultores: ordeñar para obtener la leche que se convertirá en quesos, cremas y helados,  cuidar de los caballos, gallinas y otros animales; acerca a los jóvenes a las maravillas de la naturaleza, a la cultura del territorio y a las tradiciones. Los “agricampamentos” por su parte, disponen de áreas habilitadas para ofrecer servicios necesarios a quien se traslada en casa rodante. El “pescaturismo” se realiza a bordo de barcos pesqueros con el fin de difundir las tradiciones del oficio de pescador.
Entre los agriturismos con restaurante que han participado en las campañas para hacer conocer los productos de denominación de origen, son particularmente interesantes las propuestas del menú de días festivos como Epifanía, Pascua, Navidad y Año Nuevo. La ocasión de ampliar el horizonte gastronómico presenta propuestas infinitas. Aproximando el paladar a la cocina tradicional típica regional se aprende a consumir los productos de acuerdo a sus teporadas de producción  y a elegir los ingredientes provenientes de cada zona en particular. Poco a poco el sentido del gusto inicia a distinguir características especiales entre productos aparentemente iguales, derivadas de particularidades del territorio donde fueron obtenidos. No se puede renunciar a la pasta fresca, la leche de la ordeña de las cinco de la mañana, el pan caliente recién salido del horno, la mermelada casera y el vino de mesa así como las alternativas más rústicas que incluyen ragú de pato, quesos frescos y añejos acompañados con salsa de peras, salami de jabalí, oca a la naranja o conejo a las hierbas finas.
Las vacaciones en agriturismo son sin duda ideales para quien ama el comportamiento “eco” o de responsabilidad con el medio ambiente.

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